En una ciudad sin mar en donde
las olas no golpeaban
la playa,
un niño soñaba con fugarse en mitad
de la
noche, llegar al puerto y
embarcarse con dirección
a los
arrecifes siguiendo la marea para
recolectar
estrellas, escuchando
caracoles, raptando perlas
y después
volver antes del atardecer cabalgando
en
algún caballito de mar...
Victor Aguilar.
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