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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Confusión

El mundo seguía varado aquella tarde, las postales eran las mismas
nada nuevo encontré bajo el sol, la rutina se desbordaba por el
horizonte, me hallaba solo, como de costumbre en la trinchera tenia
una zona de guerra y era imposible dejar de pensar, por un momento
quise fingir, fingir que el mundo seguía su rumbo, que ella no volvería
por que eso sería lo mejor para ambos, que a pesar de su ausencia,
todo iría bien...los recuerdos morirían ahogados por el deseo pero,
quizá eso sería engañarme a mi mismo, sabiendo que no habría marcha
atrás, el destino estaba encaminado y todo, absolutamente todo me
parecía absurdo, burdo como para ya no tener motivos ni fuerzas de
continuar, quería desaparecer,borrar mi rastro, enterrarme vivo en
donde no pudiera dañarla de nuevo, perderme en la inmensidad de la
nada, en el vació de la totalidad, fundirme con el mundo acepando mi
exilio.

El cielo rojo se torno en un tono más azul, seguía en la misma banca
contemplando mi alrededor y nunca había tenido una visión tan real de mi,
de ella, de un nosotros, eramos tan frágiles sin el otro, así que ni siquiera
podía tomar enserio la idea de que cada cual siguiera su camino por
separado, el mundo ahora tenia que aceptar que eramos uno solo y
aunque se detuviese, siguiera su marcha o se suicidara yo permanecería
con la convicción de seguir plantado ahí, había nacido para estar con
esa mujer, para disfrutar la vida en exceso y sin frenos, para renovar
nuestros votos cada mañana con la pasión de despertar en ella, para
edificar nuestro futuro y amarnos en plenitud aún con la inocencia de ir
tomados de la mano como dos adolescentes que pasean un domingo por
la tarde en el parque.

Era la víspera de alguna fiesta, las campanas de la catedral repicaron y las
personas salieron de todos lados con sus mejores galas el parque se lleno y
se quedo vació en segundos, sólo quedaba yo en esa vieja banca, sumergido
en mis elucubraciones, extrañando un recuerdo, una ausencia, una ilusión ó
tal ves un sueño, pero ya tenia todo resuelto por si ella se decidía a volver ó
por si yo encontraba a alguien más en mi viaje de regreso a casa.

Victor Aguilar

sábado, 4 de diciembre de 2010

Un Adiós

Llego de la oficina y la esperaba con mis maletas en la sala,
observo el lugar, luego sigilosamente se sentó frente a mi,
no hallé palabras para decirle adiós, la mire y el silencio se
volvió un stilletto que me incomodaba el corazón, sus ojos
eran dos velas consumidas por el invierno, el rostro inexpresivo
totalmente, apenas podía reconocerla con ese gesto burdo,
el cuarto guardaba una atmósfera interrogante, tanto que me
asfixiaba, el frío que nos cobijaba congelo mis pies y manos
que hacia minutos no movía, el cigarrillo del cenicero se apago
justo a la mitad, me estaba fatigando así que me levante del
silloncillo para alimentar mi vaso de whisky pero en el acto
ella se levanto decidida, me arrebato el vaso y voló hasta ponerse
junto a la nevera, destrozo el silencio cuando pregunto con voz
entrecortada  -¿2 ó 3?
imagine que se refería a la cantidad de hielos así que respondí
algo tenso -3 esta bien
luego con un movimiento más lento que el primero fue a la barra
por la botella de Jack etiqueta negra y lleno mi vaso.
volvió extendiendo las manos para entregármelo y dijo
-Whisky on the rocks como siempre!
-Gracias pude servirmelo yo
-No, sería una mala anfitriona si no le atendiera y ahora
¿En que estábamos? aaaah si, ya recordé, estaba apunto de irse
¿Cierto? pero no, no se sienta incomodo esta en su casa, (después
de todo lo fue) le parece bien si hablamos, platiquemos, dígame
¿Porque? ó mejor ¿Cómo? si...¿Cómo es que se enamoro de mi?
Si mis labios todo el tiempo recordaban tragedias que no se atrevieron
a contar, por lo menos del todo, si mi corazón siempre fue más frágil
que el cristal, el miedo invadía mis manos hasta hacerlas temblar,
cada mañana añoraba los sueños que durante la noche me prometían
su amor pero ya nada importa tome sus maletas y váyase, quizá al
cruzar la puerta encontrara otra mujer, una nueva oportunidad, su
verdadero amor...pero en serio eres libre déjame aquí estaré mucho
mejor viviendo en l mundo de ilusiones que creaste para mi...

Victor Aguilar

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Le Petite Ètoile

Una noche encontré una estrella, su brillo me cautivo de inmediato, tanto que a partir de ese momento ya no pude dejar de mirarla, así corrió la noche y entre los caminos del destino que aún no comprendo termine explorando el bosque junto a ella, hablábamos sobre nosotros como si fuéramos viejos conocidos que ahora se daban el tiempo para actualizarse y ponerse al corriente en la vida del otro, bajo las copas de los arboles y con el brillo de la luna en los ojos, íbamos tomados de la mano avanzando en la obscuridad, perpetrando las horas hasta que llego el momento de que cada uno volviera con los suyos a dormir, yo no quería irme, no quería romper el sortilegio de ese momento, ella tampoco estaba convencida pero prometió que volvería por la mañana para estar conmigo en cuanto despertara, desconfié y no creí en ella, así que me di media vuelta para regresar pero en ese momento me tomo de la mano, para cuando volteé a verla ya había sacado de su bolso algo, lo extendió hasta mi entre sus manos y dijo -esto es muy importante para mi, en el guardo mis sueños cuando salgo de viaje, conservarlo hasta mañana como prueba de que volveré.


Por la mañana desperté creyendo que todo había sido solamente un sueño hermoso pero encontré bajo mi almohada lo que me había dejado la noche anterior, pensé que ahora también guardaría mis sueños, cuando me levante recibí su mensaje, volvió y creí ingenuamente que sería para estar conmigo de nuevo, corrí a su encuentro pero al verla supe que las cosas no estaban bien, no tenia el mismo brillo de la noche anterior, sólo volvió por lo suyo y se fue sin ni siquiera cruzar palabra...El día siguió, coincidimos algunas veces pero ya nada fue igual, ya no sentía la misma magia entre nosotros, llego la tarde, entonces fue momento de hacer maletas y embarcarse para volver a casa, lejos de aquel bosque, lejos de ese recuerdo, sin la magia y sin mi estrella.


Llegue a casa extrañándola, deseándola y con miles de ilusiones, al dejar la maleta sobre la cama salto una nota, en ella me dejo los datos para buscarla y para comunicarnos, me entusiasme y tuve ganas de salir corriendo pero, no me atreví, en cambio deje que pasara la noche, pensé y soñé lo difícil que sería viajar hasta su reino y salir ileso, era mejor dejar las cosas en esperanzas...las semanas siguientes nos escribimos, sabia de ella en todo momento, comenzó a contarme su historia, a ser totalmente transparente para mi, cada día que pasaba la sentía más cerca mi, cada ves la necesitaba más, comenzó a meterse en mi corazón, avivó mis sentidos y encendió mi pasión como hacia tiempo no me pasaba y así 45 días después de nuestro primer encuentro, nos vimos de nuevo para hacer un pacto en el que nuestro amor germinaría hasta vencer la distancia.


MI corazón se renovó, se entrego en los meses siguientes y me llevo a sus dominios para dar la cara ante sus padres, personas sencillas y amables que me aceptaron con agrado invitándome a la fiesta que tendrían la semana siguiente, pasaron los días con el esquema de los meses anteriores y llego el día, al arribar encontré música, baile comida y bebida entre rostros desconocidos, camine sobre el pasillo buscando entre los puestos y la gente, entonces la vi recargada en un pilar de piedra llevaba jeans ajustados y un suéter rojo que definía muy bien su cintura, fui a ella, la envolví con mis brazos e intente besarla pero ella me esquivo argumentando que sus padres podrían vernos y disgustarse con ambos, la mañana siguió, entre platicas, extraños y ella con su aire distante y misterioso no daba muchas opciones para mi, sonaron las campanas para anunciar el mediodía, la hora en la que entendería todo, los minutos que aún no puedo olvidar, el momento en que se fundieron cinismo y desengaño para hacerme ver la verdad que me grito desde el principio en cada oportunidad y yo había negado todo el tiempo, se fue de mi lado, corrió por el pasillo y se lanzo a sus brazos, pude ver la verdad, se cayo la venda de mis ojos y percibí el engaño, descubrí que aquella estrella solo era una luciérnaga que ya  tenia dueño, en ese momento lo miraba con un brillo más intenso que con el que me miraba a mi, entendí todo, disimule mi dolor caminando y mirando para otro lado, acepte mi derrota contra alguien que no necesitaba pelear, su amor ya era de él, nada estaba fuera de lugar ni parecía una locura, no necesitaban vencer la distancia para estar juntos, se conocían, se pertenecía y proclamaban entre miradas y sonrisas, yo era sólo un intruso que intentaba hacerse de algo que no era seguro, lo único seguro era que sus besos y promesas eran una farsa.


Entonces llego el momento de tomar una decisión definitiva estaba cerca de la salida y mi corazón empezaba a secarse, sentí su mano igual que la primera noche cuando me detuvo y como aquella vez gire para terminar frente a frente, sentía asco por ella cuando me abrazo, la tarde se consumió en ese recuerdo, su fiesta fue mi tragedia y por la noche volví a casa buscando consuelo en otros brazos, luche con toda mi fe para restarle importancia a la falta de vergüenza de sus actos pero, fue inútil se marchito mi amor y se desbordo el odio, sólo pensaba en vendetta, mi orgullo reclamaba satisfacción y se la concedí, los siguientes meses fingí que todo iba bien, actué como lo que ella quería ver, pero nunca le di lo que en verdad esperaba, en cambio exigía cada ves más de ella mientras iba destruyendo su corazón poco a poco...aunque nunca hubo suficiente para mi, yo habría querido una historia diferente, habría querido ahorrarle todo el dolor, habría...habría sido todo mejor, sólo quería su amor...


Ahora sé que este cuento nunca tuvo sentido pude irme desde el principio y evitarnos todo esto o puedo irme ahora y sé que no cambiara nada yo buscaré hasta encontrar una estrella de verdad y tú volverás con tu Amor.


Victor Aguilar