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sábado, 23 de octubre de 2010

Horas y minutos.

Se trata de que alcancemos el cielo juntos,
de que nos llevemos el brillo de las estrellas,
de caminar sobre la luna, de no esperar
a que el sol aparezca para acabar con los
misterios, hay muchos sueños por compartir
y hoy el nuevo día apenas a dado a luz,
tenemos horas enteras por delante para
devorarlas, cada minuto a partir de ahora
estará dedicado a ti y a mi, no habrá mundo
mejor que el nuestro, nadie a nuestro al
rededor puede comprender la felicidad que
nace entre nosotros cuando se cruzan
nuestras miradas, quizá no valga la pena
para ellos pero yo prefiero seguir aquí a tu
lado esperando el atardecer, quiero estar
contigo cuando se encienda el cielo y el sol
muera des-dibujando el horizonte, cuando
la obscuridad sea palpable y volvamos a
encender las velas  para bailar al ritmo de
las olas, para imaginar que me amas, para
comprender por que no doy la vida por ti
pero de cualquier forma aquí estoy amándote
esperando que los días lleguen con un brillo
renovado, las noches dejen de ser tan obscuras
y todo esto deje de ser solo un espacio en
mis desvelos.

Victor Aguilar


lunes, 11 de octubre de 2010

Septiembre

Nuestros cuerpos se encontraron en la obscuridad,
bajo las cobijas nos enredamos en un abrazo, luego
entre caricias y suspiros me pidió que la amara como
si fuese la primera, la única, como si no existiera nadie
afuera de aquella habitación, eso nos dejo pensar en
el momento, sentir que el tiempo se detenía entre
nosotros, hacer más especial la noche, me suplico que
fuera suyo y con eso le bastaría para ser feliz, después,
tomo mi mano para llevarla sobre su pecho, me ofreció
su vida, me juro amor eterno y yo que la deseaba como
a ninguna, me fundí en su calor mientras sentía su
corazón desbocado latiendo bajo mi mano, sin dudarlo
tome su cuerpo, nos entregamos apasionados y cautelosos,
le entregue la petite mort, memorice cada palabra, cada
sonido, cada minuto junto a ella, le arrebate el alma al
tiempo que la luna se apagaba y llegaba el alba, no
queríamos separarnos, preferíamos pensar que esto duraría
para siempre, pero también eramos consientes que después
del amanecer nos quedarían un par de horas antes de que
volveríamos a ser un par de extraños, cada cual retomaría
su camino, viviendo ahora con con la esperanza de coincidir
otra noche.

Victor Aguilar.