ahórrate las explicaciones, deja de buscar excusas, a fin de cuentas "ya me dedicaste esta tarde
pero no tendrás tu salida triunfal, no saldrás en hombros por la puerta grande porque aquí no
hay final hasta que logres clavarme la estocada definitiva que atraviese mi corazón y me haga
caer fulminado en mitad del ruedo, tendido sin posibilidad de reacción, sin esperanza de
contraatacar con mi sangre abandonándome, corriendo hasta el tendido, muriendo de a poco,
viendo como te marchas con par de orejas otorgadas por el juez...mientras yo me preguntaría
si sería esto lo mejor y qué sentido podría encontrar a una vida sin ti..."
Pero antes de irte cerrando de un portazo para acabar definitivamente con esto, conmigo aún
tienes la ultima palabra y la oportunidad de pensarte las cosas dos veces antes de arrojar al olvido
esta tercia de años maravillosos en los que transformaste en un recuerdo cada momento, en donde
comenzamos a vivir con locura cada instante, quitamos el freno de mano para perseguir sueños
atrapados en pompas de jabón, reconstruimos mil veces el castillo que nos robarón las olas,
invertimos cada vez más agallas en el negocio del amor, cantamos en una isla con las sirenas,
rompimos nuestros corazones para luego con los fragmentos armar uno más grande que fuera de
ambos, escribimos un diario de locuras, de pasiones, de dudas, aventura, amor y desengaño, en
el que guardamos la historia de una pareja que se perdió en el desierto y arrojaban cada mañana
cartas enlatadas con la ilusión de no ser rescatados, el cuento de los niños inocentes que con la
ayuda de sus amigos imaginarios inventaron un juego y el mito de los enamorados que poseían una
brújula para encontrarse en cada vida,para estar juntos y disfrutar su plena dicha de nunca tener que
decirse adiós.
Victor Aguilar.
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